Póntelo, pónselo. El cinturón de seguridad, porque la Dirección General de Tráfico te estará vigilando con dron. Como si una campaña de uso del preservativo se tratara, los responsables de la DGT, para dar una vuelta más de tuerca a la reducción de la siniestralidad en las carreteras, nos convencen de que mejor con drón. Un método profiláctico para reducir los riesgos al volante, si quienes conducen irresponsablemente se siente amenazados por esta nueva herramienta sancionadora aérea.
Pero en términos generales, el que hace el burro en carretera -como lo hará seguramente en la vida- no se verá persuadido por once cacharros voladores para el conjunto de España, que para lo que servirán será para recaudar más en concepto de multas de tráfico, que por otra parte, es la única manera de corregir conductas en este país donde la educación vial y la otra deja bastante que desear.
La idea de la DGT es realizar una implantación progresiva de esta nueva herramienta de vigilancia, comenzando con once aparatos a los que enseguida se sumarán otros veinte que están en proceso de adquisición. Y si funcionan -que funcionarán puesto que incrementarán los ingresos del Tesoro- poco a poco el cielo se llenará de estos aparatos, que se suman a los que ya tenemos en las playas para lanzar flotadores o mensajes de voz a los bañistas, los de extinción de incendios, los meteorológicos, de seguridad, o los utilizados con propósitos de carácter turístico o de ocio, por mencionar solo algunos usos de carácter público.
El Gran Hermano es una realidad ya hace tiempo y Robocop está cada vez más cerca. Pero no tiene por qué ser necesariamente malo, porque muy pronto podría estar funcionando el dron que controle las cacas de los perros en las ciudades, que sancione directamente al dueño infractor y que podrá llevarse al animal directamente a la tercera infracción, poniéndolo bajo tutela de la Administración o de una persona más responsable. En Vigo hace buena falta, que tenemos un chucho por cada ocho vecinos. No sé si sobran perros o sobran vecinos. Seguramente vecinos, de esos que no recogen las deposiciones de sus canes y que son los mismos a los que los drones de la DGT -como ellos dirían orgullosos en castellano políticamente incorrecto- se la suda.
Pero en términos generales, el que hace el burro en carretera -como lo hará seguramente en la vida- no se verá persuadido por once cacharros voladores para el conjunto de España, que para lo que servirán será para recaudar más en concepto de multas de tráfico, que por otra parte, es la única manera de corregir conductas en este país donde la educación vial y la otra deja bastante que desear.
La idea de la DGT es realizar una implantación progresiva de esta nueva herramienta de vigilancia, comenzando con once aparatos a los que enseguida se sumarán otros veinte que están en proceso de adquisición. Y si funcionan -que funcionarán puesto que incrementarán los ingresos del Tesoro- poco a poco el cielo se llenará de estos aparatos, que se suman a los que ya tenemos en las playas para lanzar flotadores o mensajes de voz a los bañistas, los de extinción de incendios, los meteorológicos, de seguridad, o los utilizados con propósitos de carácter turístico o de ocio, por mencionar solo algunos usos de carácter público.
El Gran Hermano es una realidad ya hace tiempo y Robocop está cada vez más cerca. Pero no tiene por qué ser necesariamente malo, porque muy pronto podría estar funcionando el dron que controle las cacas de los perros en las ciudades, que sancione directamente al dueño infractor y que podrá llevarse al animal directamente a la tercera infracción, poniéndolo bajo tutela de la Administración o de una persona más responsable. En Vigo hace buena falta, que tenemos un chucho por cada ocho vecinos. No sé si sobran perros o sobran vecinos. Seguramente vecinos, de esos que no recogen las deposiciones de sus canes y que son los mismos a los que los drones de la DGT -como ellos dirían orgullosos en castellano políticamente incorrecto- se la suda.
