Es bonito, digo yo, la idea de un joven que me conoce –dice él-, y ¿por qué va a mentir?, digo yo….
Quiere saber un poco del crecimiento de Vigo desde el año 1814. O sea : de hace dos siglos, hasta aquí.
Y bien, hala… es más cómodo supongo, de cualquier manera conocer el pasado es, parece, aperitivo.
Y comenzó el asunto.: El 28 de abril de 1814, las autoridades viguesas recibieron una instancia firmada por el vecino don Josep Lluch, catalán, comerciante, claro, avecindado en la parroquia de Santiago de Vigo , en la que que exponía lo siguiente al Ayuntamiento vigués:
“Que vive en una casa de alquiler en el Areal, propiedad de don Francisco Xavier Vázquez Varela, oidor de la de Galicia, de la que quieren desalojarlo sin que en la actualidad tenga donde trasladarse con su mujer y familia más los efectos y pertenencias de lo que le vendrán notables perjuicios…”
Y tenía razón¸ que no iba a poder vivir proporcionadamente para el difícil planteamiento problemático de irse apoderando de los lugares ideales y fáciles, en lo que cabe, para poder situar ese Vigo pequeño en todos los aspectos.
Pero voy a aprovechar bien las posibilidades que le daría para poder ir un día a casa de un colega y otro a la de otro, etc, etc.
Y como la ocasión viene bien utilizaré algunos nombres que son catalanes siempre firmes en lo que consideran propio llegando a mejorar y a usar el sistema de su educación comercial (también se parece al normal, siempre efectivo y educado.)
Aprovecharé la ocasión . Os daré un relación de “catalanes” cuyos apellidos aún suenan: Mallol, Llauger, Roura y Sala, Guinova´rt, Pujol, Buch, Pach, Arnao, Dalmau, etc- Y seguiremos otro día.