Opinión

Grándola vila morena

Hace hoy medio siglo un golpe militar acabó con la dictadura salazarista y su Novo Estado de corte fascista. Fue rápido, fácil y sin dolor, tal era el grado de descomposición del régimen y la falta de apoyo popular, en parte por la guerra colonial en África, de la que huían los jóvenes y que arruinaba el país. Se le llamó revolución de los claveles, nombre muy bonito, aunque la revolución auténtica era la que querían poner en marcha los generales de ultraizquierda, como Rosa Coutinho y Saraiva do Carvalho, que Spinola con su aristocrático monóculo liquidó. Portugal se alineó con occidente -ya era de la OTAN- y le ha ido muy bien desde entonces. Su crecimiento ha sido espectacular en todos los ámbitos y ese es el mejor fruto de aquellos claveles y la emocionante canción de Ze Afonso, cantada a capela y con el único acompañamiento de los pasos sobre el suelo de arena.

La evolución de Portugal ha sido espectacular en lo social y político y las relaciones con los vecinos de más allá del Miño han llegado mucho más lejos que antes. Miles de lusos cruzan el río por trabajo o por ocio para visitar Vigo y muchos más lo hacen en sentido contrario, ventajas de no existir fronteras y compartir moneda, algo impensable hace medio siglo. A modo de ejemplo, para las grandes empresas, España y Portugal forman un único mercado a todos los efectos. Para ellas, es como si hubiera una federación o confederación.

Un vecino de Opinión que se declara incondicional votante del PSOE, haga lo que haga, aunque sea un día una cosa y al siguiente la contraria, se mostró feliz por la inminente llegada del federalismo, lo que según su visión, se deduce del crecimiento indepe en Cataluña y País Vasco. Curioso, justo lo que los nacionalistas más abominan, el federalismo, por cuanto supone igualar las comunidades/lander/estados y asumir como principio la supeditación al bien común. Otra cosa es la confederación, un sistema que nunca pudo funcionar, salvo en Suiza. Quizá la Confederación Ibérica sea un éxito. El 40% de los portugueses estaría a favor. Yo también. 
Grándola vila morena, terra de fraternidade…

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