Opinión

Próxima generación

Europa está buscando y sabe que tiene en sus manos su propio futuro. Jamás ha estado tan cerca de su objetivo” decía Schuman, uno de los padres de la Unión Europea y que da nombre al plan anunciado el 9 de mayo de 1950, fecha que se considera el inicio de la UE.

En este momento, como entonces, Europa se enfrenta a numerosos desafíos y para afrontarlos se ha puesto en marcha la estrategia Next Generation (Próxima Generación) dotada con fondos y que ya están llegando a la ciudadanía.

Esta semana hicimos en Atlántico un ejercicio de repaso de cómo están aterrizando en Vigo y concluimos que ya se acumulan inversiones de al menos 100 millones de euros. Esto es lo que ha llegado y seguro que nos quedamos cortos. Además, hay que tener en cuenta que los fondos se extenderán hasta 2026. Así que la implementación de la estrategia está empezando.

En plena pandemia, la Unión Europea acordó la puesta en marcha de un instrumento excepcional de recuperación, que para España supone una partida de 140.000 millones de euros de inversión pública hasta el año 2026. Es un proyecto complejo que se concreta parcialmente en unas siglas que ya se han popularizado, los Perte, que son proyectos estratégicos para la recuperación y transformación económica. Hay doce en total y algunos muy conocidos en Vigo como el Perte de la automoción, el Perte del naval o el conocido como Perte Chip, pero también los hay de la salud, de la economía social, de la agricultura o también para la descarbonización.

Por aterrizar las cifras, el Concello ha captado financiación para una treintena de obras y proyectos en los que la financiación europea supera los 46 millones, con Vigo Vertical como estrella. La Universidad de Vigo también recibió 17 millones en ayudas Next Generation y entre los más de 70 proyectos beneficiados destaca el Programa de Comunicación Cuántica de Galicia. La Autoridad Portuaria también logró hacerse con 2,4 millones de ayudas procedentes de los fondos para una estación de hidrógeno.

Ahora falta lo gordo. Porque la planta de Stellantis en Balaídos  recibió ayudas de 15 millones con el Perte de la Automoción, pero aspira a mucho más en la segunda convocatoria con un proyecto de 600 millones, para la electrificación de la planta y garantizar carga de trabajo para la próxima década para el que pretende lograr 150 millones.

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