Opinión

El paro como el hígado de Prometeo

Los datos del paro de diciembre son buenos. Las cifras son así. Pero los buenos datos no pueden cegarnos para no ver los problemas, que existen, y hacernos olvidar las miles de historias personales que hay detrás del desempleo. Y no hablo de que se cubra ese hueco con ayudas. Hablo de dar realmente a las personas herramientas eficaces para encontrar su camino.

Esos datos tan positivos de descenso del desempleo esconden otras historias que también hay que contar, porque el 52% de las personas desempleadas en Vigo llevan más de un año en esta situación, es decir, lo que se considera parados de larga duración. Otro dato es que uno de cada tres desempleados que están registrados en la ciudad de Vigo tiene más de 55 años.

El grueso de las personas que están en el desempleo trabajarían, dicen los sindicatos. Esto no es posible con este sistema del paro registrado, en el que muchas son las personas que no se inscriben en el paro porque han perdido la esperanza y además es de dudosa utilidad, a no ser que esté cobrando una prestación. Y la mayoría de los parados no cobran o cobran una no contributiva de menos de 500 euros. 

Sólo hay que tener un poco de empatía para ponerse en el lugar de esas personas, de su falta de motivación porque llevan más de un año, de dos, de tres o incluso más en el paro y consideran que ya no están capacitados, que nunca van a salir del bache y anímicamente imposibilitados de volver al mercado. También habrá personas que salieron hace años del mercado por reconversiones de sectores, no hay más que pensar en la industria o la banca en los últimos años, y no se les ha ofrecido una recualificación que les permita reincorporarse a los nuevos sectores que fueron surgiendo o a los suyos que han cambiado. 

En Vigo sabemos mucho del talento perdido en las sucesivas reconversiones industriales, que dejaron escapar a miles de personas que atesoraban el conocimiento del sector. Y ahora tenemos que buscarlo donde sea y quedan muchos puestos sin cubrir por falta de talento.

Hace falta una política de empleo que tenga en cuenta a las personas y que las oficinas de empleo funcionen como tal y no como un simple registro de datos y cifras. Pronto llegará la EPA y nos dibujará un panorama más real. 

Los datos de diciembre del paro han sido buenos, pero enseguida llegarán los de enero, un mes en el que muchas personas que habían encontrado trabajo durante las fiestas de Navidad, al calor de las contrataciones del sector servicios, vuelvan a engrosar el desempleo.

Así que no podemos esperar a que Prometeo ayude de nuevo a la humanidad entregándole el fuego a cambio de que Zeus le encadene y ordene a un ave de rapiña comerse su hígado, que vuelve a regenerarse para que se repita la historia cada nuevo día. O cada mes de enero que nos demos de bruces con la dura realidad. Porque después del mes de diciembre siempre llega el de enero con el nuevo hígado. 

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