Un viejo dicho marinero asegura que la persona pesimista se queja del viento, la optimista espera que cambie y la realista ajusta las velas. El informe Ardán destaca la resiliencia de las empresas gallegas ante lo que se denomina ya en economía el “trienio de policrisis”.
Apunta Santiago Lago a tres grandes oportunidades para la economía y empresas de Galicia que me gustaría destacar: el ámbito energético, la digitalización y el sector agroalimentario.
Como es habitual en el catedrático, su capacidad didáctica aterriza estos grandes asuntos hasta que todos podamos ver con claridad la necesidad de estas apuestas.
En el ámbito energético apunta a Galicia como líder natural en Europa, con nuestra capacidad eólica, solar, hidroeléctrica y maremotriz. Y tres retos: planificar, aprovechar para desarrollar un complejo industrial y que el sector sea un pilar básico de Galicia con beneficios que se queden en Galicia por impuestos y participación en el capital de los nuevos proyectos.
Sobre el impulso a la digitalización, pone sobre la mesa que puede ser muy positivo para Galicia, por las oportunidades que se abren para configurar nuevos polos en espacios menos congestionados y con mejor calidad de vida. Además de que Galicia puede convertirse en un claro atractivo en un escenario de cambio climático y de personas y empresas que huyen del calor extremo. Como ejemplo la reciente decisión de instalar en A Coruña la Agencia Española de Supervisión de la Inteligencia Artificial. Finalmente, el sector agroalimentario, que en Galicia es fuerte y con agentes reconocidos y buena imagen.
Ajustar velas para las oportunidades pensando en el horizonte 2030, a la vuelta de la esquina.
