Opinión

vigo, la ciudad cautiva

Vigo es una ciudad sometida a “Faro de Vigo”, que ejerce su tiranía con la colaboración a menudo entusiasta de los responsables de sus principales entidades locales, especialmente Concello y Celta. Unas veces se conforma una suerte de coalición entre el diario de Chapela y el alcalde o el presidente del club; otras, una colaboración, pero de una u otra forma “Faro” deviene en una suerte de inelecto vicealcalde o de vicepresidente céltico, entre las muchas personalidades que adopta. Incluso actúa en ocasiones como director de la planta de PSA, o de jefe de los astilleros o valedor de Novagalicia cuando Gayoso –a quien apoya incluso ahora en los tribunales- estaba el frente. La pasada semana se inventó la realidad y cesó a un consejero del banco y decidió que Vulcano iba a construir un barco de Barreras. No era cierto, y ambas firmas lo desmintieron categóricamente. Sólo el rector Gago puso orden y dejó que “Faro de Vigo” fuera un sólo diario, no un mando en la Universidad, donde también quiso fijar posiciones y colocar gente. Gago, hay que decirlo, trató con equidad a todos, tanto medios de comunicación como empresas privadas y organismo públicos, colocando por encima de sus propios intereses los de la institución que dirigía. Otros, en cambio, se han dejado mecer por el suave murmullo de “Faro” y aunque el Puerto fue capaz de plantar cara con Pedrosa, cuando llegó Caballero se inventó una medalla para entregársela por su impagable servicio a la destrucción de Vigo. Porro resultó cómica: siendo alcaldesa fue a Chapela a pedir permiso para una alternativa al muelle de Areal. Lo logró y sólo supuso el gasto de tiempo y dinero en proyectos irrealizables y que no pasaron de los papeles.

Carlos Mouriño ha realizado una buena gestión económica, incluso brillante, pero nefasta en su faceta deportiva, alcanzando esta semana simas de indignidad. No obstante, “Faro” le ha dado un tratamiento excepcional, igual que a Abel Caballero, y por los mismos motivos: ambos, como la mayoría de sus antecesores, están entregados, igual que Ana Pastor, que tanto lloraba en la oposición por el maltrato que recibía. En definitiva 'Faro' se siente dueño de Vigo, una ciudad cautiva.

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