Opinión

La puerta del atlántico

Y no me refiero ni a la genial escultura Silverio Rivas ni al eslogan que puso de moda esta ciudad en los años setenta, realmente afortunado. De hecho, es el único que todavía se recuerda como una marca reconocible.
No. La puerta del atlántico es el muelle Alberto Durán (así se llama, como homenaje al gran consignatario), que pasó de ser durante medio siglo de salida -hacia América para los pobres emigrantes- para haberse convertido ahora en el pasillo de entrada para los turistas. En 2011 llegaron un cuarto de millón, pero la competencia y la crisis también afectaron al sector. Pese a ello, Vigo sigue al frente en un segmento que tiene más de marketing que de otra cosa si bien no hay que despreciar lo que aporta a la economía local que miles de viajeros con ganas de gastar desembarquen en pleno centro urbano.
Vigo continuará siendo en 2018 el acceso principal por vía marítima a Galicia. No es un privilegio sino el producto de mantener bases sólidas. La primera, la labor realizada por empresas de consignación. La segunda, que el Puerto decidió echar el resto y gastarse muchos millones en construir terminales adecuadas. Y la tercera, la situación de los muelles en el centro urbano, lo que juega a favor de la ciudad. Todo ello dio como resultado una exitosa trayectoria que desde 2011 comenzó a decaer.
Hay también motivos. Uno de ellos, que Oporto y A Coruña están en la misma carrera y no sería raro que en algún momento hubiera un adelantamiento. Pero de momento, como señalan los datos de septiembre, la Puerta del Atlántico sigue en el mismo lugar.

Te puede interesar