Opinión

Presupuestos y propaganda

El Concello de Vigo, antes Alcaldía, antes Concello, ya tiene presupuesto e imagino a Don Abel que se frota las manos ante una larguísima campaña, que es en esencia a lo que dedica su tiempo, a la propaganda, antes llamada publicidad.

Don Abel ha logrado convencer al BNG a muy bajo precio: con el cambio de partidas y consignaciones por cinco millones de euros, que apenas suponen un tres por ciento del presupuesto municipal y el añadido de la vicepresidencia del Consorcio Casco Vello de premio extraordinario. Según Santi Domínguez, con esta modificación las cuentas presentadas por la singular Raquel Díaz pasaron de ser tétricas cifras de la derecha más dura a un Orzamento Municipal de la izquierda transformadora y por tanto, asumible de validar por el BNG.

Descartado que el grupo nacionalista pueda realizar un análisis tan sencillo, por no decir simple, lo más probable es que estemos ante la constatación de que la coalición de hierro BNG-PSOE se mantiene incluso con ambas formaciones divididas y con escisiones, prueba de que no dan por perdidas las próximas elecciones gallegas, donde Feijóo tendrá que batirse el cobre frente a la oposición, dispuesta a achacarle los males del infierno, incluyendo la crisis económica heredada del Gobierno de Zapatero, la sequía del cielo o los incendios. Sobre esto último, todavía se recuerdan las manifestaciones en pleno bipartito sobre una trama que alentaba los fuegos porque trataba de acabar con el cambio, Manuel Rivas dixit. Se ve que sigue activa.

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