En paralelo a la Operación Patos, que promete emociones a medida que se conozca el contenido del sumario, hoy todavía secreto, en el Concello de Vigo se suceden las sorpresas. La primera y más importante, el acuerdo histórico que se fragua entre el PP y el PSOE a instancias del partido de la oposición, que ha sido y es el que ha movido ficha. Al alcalde vigués no le puede resultar mejor la jugada: justo cuando el BNG da un paso hacia un lado para tratar de conseguir aire y hacerse con un espacio gracias a revivir su cierto espíritu crítico a un año de las elecciones municipales, los populares lo dan al frente para convertirse en su apoyo. El pacto, insólito e inédito, se producirá si hay un compromiso por parte del gobierno local en no poner obstáculos a la finalización del nuevo hospital y cumplir el convenio, que después de todo fue promovido por el PSOE en la Xunta. Ahí están las cosas, con añadidos como un gesto hacia la asociación de vecinos de Teis -que reclama el PP- y sobre el transporte metropolitano, donde el regidor local juega a la yenka: ayer tocó un paso hacia atrás, recuperando viejos resabios.
Aunque las apuestas están ahora por que habrá presupuestos PP-PSOE, tampoco sería nada raro una vuelva a la tensión por cualquiera de los asuntos que se manejan. Y desde luego la Operación Patos, si ofrece nuevos episodios-registros, haría saltar por los aires la Operación Pactos.
