Vigo no tiene al Cristo de la Victoria de patrón. Tampoco a San Roque, y curiosamente ambos se festejan en agosto, con apenas unos días de diferencia. El mismo mes que Santa María, que -esa sí- es la patrona de la ciudad. El templo principal, segundo de la Diócesis -Concatedral, que no Colegiata, otro error habitual- está consagrado a la madre de Jesús. Este viernes será su día y habrá procesión de mínimos, prueba del nulo interés y probablemente del desconocimiento local. ¿Pasa algo? No. San Roque es el santo popular -por la romería y porque el Concello decidió fijar la fiesta local libre- y el Cristo continúa arrastrando a miles de personas cada año. Quizá habría que renovar el santoral y fijar nuevo representante de Vigo en los Cielos, en cuyo caso apunto San Blas-Brais, que en el invierno no tiene rival. La fiesta-romería de Bembrive se ha convertido en la más concurrida de la estación en toda Galicia y miles de vigueses acuden a celebrar el día a lo grande. Que fuera fiesta local animaría todavía más la función y haría a Bembrive capital de la ciudad por un día.
