El PSOE vigués no es Abel Caballero, aunque el presidente-líder-alcalde trata de hacer con su partido lo mismo que con el ayuntamiento: convertirlo en una propiedad privada donde hacer y deshacer en la que -en definitiva- es el Rey absoluto. Por fortuna, un grupo de valientes con Gonzalo Caballero a la cabeza se atreve a poner la cara para evitar que las históricas siglas socialistas caigan al barro en Vigo. Como en Venezuela -y sin hacer comparaciones- toda la oposición a Abel se ha unido para dar batalla a los manejos de la dirección local, capaz de hacer casi cualquier cosa no sólo para ganar sino para fulminar a la minoría. Lo último, cambiar el censo con militantes de quita y pon sólo para ganar la asamblea de hoy y machacar a los críticos. Así están las cosas.
Por eso tiene más valor que haya históricos del PSOE que no se resignan a que el partido socialista sea una máquina al servicio del Rey. La última, Laura López Atrio, que con Xulio Calviño fueron los dos mejores concejales del grupo socialista en la anterior Corporación. No es casualidad que ambos fueran liquidados por tener criterio y no dedicarse sólo a pasear y aplaudir al líder, sino a gestionar y trabajar. Calviño tiene una opinión muy clara sobre Abel Caballero que se reserva; López Atrio tiene la misma pero cree que ha llegado el momento de parar tanto desmán y volver a la sensatez. No será fácil que lo consiga. Cuando concejala tuvo que tragarse muchos sapos para cerrar la boca y seguir votando en los plenos. Muchos le pedían que diera el paso y emigrara. No lo hizo entonces pero ahora, libre de ataduras, sí. Bienvenida.
López Atrio y Calviño eran los mejores concejales del PSOE: ambos liquidados
