Opinión

CARNAVAL CON FALLAS Y LAZA

Se quemo algo anoche y muy pocos, salvo los que organizaban el asunto, se enteraron qué. Tampoco importa, porque la expectación era igual a nula en este Entroido vigués que exige un libro de instrucciones para seguirlo. Al parecer, era el Meco, un invento municipal -como todo, oficialista hasta el túetano- que ha ido evolucionando hasta convertirse en algo incomprensible con momo, momiño, el rey y la reina y el extraño protagonista que hoy se entierra.

Lo que sí podemos confirmar es que el muñeco en cuestión ha dejado de ser una suerte de espantapájaros para convertirse en una falla valenciana. Ayer mismo, varias televisiones nacionales daban cuenta de la sorprendente fiesta viguesa, donde se quema un personaje, este año a Rajoy como títere de Merkel. Siguiente esta línea, todo indica que es cuestión de tiempo, poco que se acabe solicitando el indulto de alguna de las figuras, salvándolas del fuego, igual que hacen los valencianos con el célebre 'ninot indultat'.

Si el Meco es un producto fallero, los'típicos' vigueses del Entroido han pasado de unos desconocidos 'merdeiros' del Casco Vello a unos reconocibles peliqueiros de Laza o cigarróns de Verín. Idénticos: careta dibujada y harina para echar sobre los espectadores, como los originales. Completa el cuadro un desfile de comparsas de sabor brasileño.

Así tenemos el resultado del mestizaje, un Entroido oficialista manejado desde el Concello, con un una falla valenciana y personajes típicos de Ourense. ¿No sería mejor volver a enterrar la sardina, como harán el domingo en Canido? Con éxito, por cierto.

El Meco no es otra cosa que una falla y los 'merdeiros', una suerte de cigarróns.

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