El domingo de Corpus Christi relució más que el sol, y no porque la lluvia no hiciese acto de presencia, sino por el color que las alfombras florales dieron a las distintas celebraciones religiosas que tuvieron lugar en el Área.
Hacía dos años que este día tan señalado dentro del calendario católico no se celebraba por culpa de las restricciones impuestas por la pandemia, por lo que había ganas de volver a engalanar las calles con estos tapices artesanales. Gondomar, en O Val Miñor, vio cómo el recorrido procesional se llenaba de nuevo de estas auténticas joyas artísticas realizadas por los vecinos.
También O Porriño recuperó este arte efímero que, en este caso, llevaba ausente seis años, con dos alfombras de flores. El mal tiempo, no obstante, impidió la salida de la procesión, que se vio reducida a una bendición delante del tempo.
Redondela despidió el Corpus y su Festa da Coca con su ancestral Danza das Espadas e das Penlas, que fue seguida por numeroso público, protegido por paraguas, y transmitida por streaming.