Opinión

Tomárselo a pecho

Luciano Méndez, el profesor de la Universidad de Santiago apartado por cuestionar el escote de una alumna, se lo ha tomado a pecho. A pesar de haber sido sancionado en una anterior ocasión por el mismo motivo, no ha podido evitar reincidir en el error de exceder el ámbito de su función docente, para opinar sobre lo que considera indecente y ponerle a huevo al rectorado su suspensión temporal.
No podrá argumentar en su favor el profesor que es defensor de la decencia y el decoro, puesto que, lejos de increpar a la alumna para que abandonara su actitud impúdica e inmoral, le invitó simplemente a taparse o sentarse en la última fila, lejos de sus ojos. Es en su mirada y en su cabeza entonces donde está el problema, no en los senos de la alumna, sino en sus sesos.
Por eso hará bien en acudir a tratamiento psicológico profesional, porque unos tienen miedo a los payasos -que son moda- y otros pavor a sus propios pensamientos obscenos. En un mundo donde el calentamiento global y la libertad sexual nos ponen al rojo vivo, el respeto y el control son más importantes que nunca. Como decían en "Pactar con el diablo", mira pero no toques; toca, pero no pruebes; prueba, pero no saborees. Prudencia y docencia. Sin tomárselo a pecho.

Te puede interesar