Opinión

No podemos

Lo decían hasta en la publicidad de Aquarius –la bebida- “el ser humano es extraordinario”. Aunque en el anuncio parecían dar a entender que para lo bueno, también lo es –y mucho- para lo malo. Podemos acercarnos a la Luna y hacer crecer algodón, aunque solo sea por un ratito antes de que se congele a casi menos doscientos grados centígrados. El mérito del experimento es de los chinos, que como consigan sembrar arroz y que germine, pronto podremos ver su muralla desde la Tierra. 
Somos capaces de sondear el Universo y recibir información e imágenes de lugares que no alcanzamos a soñar, o llegar a Marte con infraestructura básica para horadar su subsuelo e investigar y presentarnos allí pronto también en persona, aunque sin billete de vuelta. Podemos recorrer el mundo en poco más de un instante, cuando hasta hace nada el más audaz tardaba ochenta días en barco, en globo, en elefante, en tren.
Pero no podemos excavar cien metros de repente y rescatar a Julen en Totalán ni encontrar consuelo para su familia. La Naturaleza es más poderosa que el ser humano, aunque nos deje hacerle infinitas barbaridades, sin prisa por borrarnos de la faz de la Tierra cuando llegue el momento, recuperando un día su silencio y su sosiego. Ojalá se pueda pronto llegar al niño y rescatarlo sano y salvo. Deseamos que el esfuerzo y valor de todas las personas que no descansan por lograrlo tenga su recompensa, con el reconocimiento especial de aquellos que se juegan la vida descendiendo casi a ciegas a las entrañas de una tierra que también les puede engullir. No podemos parar. No podemos rendirnos hasta coger al niño de la mano. No podemos dejar de pensar en la ilusión de conocer la sonrisa de quien vuelve de nuevo a nacer. 

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