Opinión

El Sueve, la mejor habitación del pánico

Caigo en la tentación y sucumbo ante el sorprendente titular que el azar de Google pone ante mis ojos: “Los ricos se protegen del coronavirus de manera diferente”. Yo debo estar entre ellos porque voy a pasarme el próximo fin de semana entre las 8.000 hectáreas de la sierra litoral del Sueve, la forma más natural y económica de protegerse del contagio del virus, salvo que alguien descubra que el polen de la manzanilla resulte también ser su portador. 

Por curiosidad y bienestar de mi ser mortal leo la reseña y por un momento me olvido de que más de 1,5 millones de estudiantes se quedarán en casa durante quince días; que 131.000 de los que son de fuera de Madrid regresarán a sus ciudades de origen; que decenas de miles de familias no podrán conciliar esta medida con sus circunstancias personales; que la alarma sanitaria se extiende y afecta a todos los sectores y subsectores de la economía española y mundial; que la fase de contención del contagio ha acabado y toca ahora la fase de contagio descontrolado; que muere también gente sana; …

Efectivamente, los ricos se protegen de forma diferente y eso que el virus no conoce de fronteras nacionales ni fronteras sociales. Los primeros ejecutivos de negocios están cambiando la primera clase por aviones privados, los más pudientes redirigen sus planes de viaje a destinos más remotos y menos concurridos, consultan a médicos privados y contratan servicios VIP de atención médica, como habitaciones de pánico libres de gérmenes  para sobrevivir hasta tres meses sin salir al exterior. Firmas de lujo como Fendi o Vuitton han creado ya sus propias mascarillas de entre 100 y 200 euros, que las “celebrities” ya lucen en sus viajes para prevenir el contagio. La “influencer” de las “influencers” Gwyneth Paltrow,​ quien ha dicho frívolamente que ya vivió esta experiencia en el rodaje de “Contagio” (2011), se le ha visto fotografiada en un avión ataviada con una elegante "máscara de aire urbano" de una compañía sueca, que presenta cinco capas de filtración y un "acabado ultra suave y agradable para la piel". Además, no tiene ningún reparo en soltarnos una teórica sanitaria para que aprendamos a protegernos del bicho malo. Ya muchos conocen que en “The Goop Lab”, la serie que ha estrenado con Netflix a principio de año basada en su blog tienda “The Goop”, tampoco repara en difundir terapias y remedios que han sido calificados por el director del Servicio de Salud del Reino Unido como un peligro para la salud pública. Una exageración más, porque no puede haber nada malo en insertarse huevo de jade en la vagina para "dotar al cuerpo de equilibrio", en agujerease la cara con más de cien agujas para extraer la sangre y mezclarla con colágeno antes de volver a introducirla, o en liberarse del “fuego interno” haciendo yoga sobre la nieve.

De verdad, entre el coronavirus y los papanatas percibo un occidente más vulnerable que nunca. Al Sueve.

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