Opinión

La mansedumbre sistémica

Un pavor virulento estremece de punta a punta el cuerpo cuando algún entusiasta propone la creación de un nuevo grupo de whatsapp. ¡Cuerpo a tierra! Quien lo propone no es consciente de los infinitos peligros a los que se enfrenta. Puede convertirse en el “pesao” oficial del whatsapp, sufrir el vacío permanente por parte de todos los que creía que eran sus amigos o, incluso, ir a prisión por invadir la intimidad de algunos de sus miembros. Pero muchos sobreviven animosamente a tales riesgos.

Sin embargo, es de justos reconocer la genial agudeza de muchos de los mensajes y “memes” que circulan por estos grupos, surgidos de la incógnita factoría ibérica del ingenio. Tal es el caso del que, a continuación, hoy pretendo casi reproducir, teniendo que obviar citar a su creador ya que no he podido identificarlo. 

En un ambiente distendido y participativo de una clase universitaria, un alumno interviene y le pregunta a su profesor: “¿Sabe usted como se capturan cerdos salvajes?”. El profesor, esperando oír una respuesta graciosa ante lo que parecía un chiste más, le respondió “¿cómo”?, pero el alumno respondió:

“Primero localice el lugar donde los cerdos suelen campar y coloque diariamente un poco de maíz en el suelo. Cuando se vayan acostumbrando, dé por seguro que regularmente acudirán al mismo lugar en búsqueda de ese gratuito alimento, conseguido sin esfuerzo alguno. Un día, construya una línea de cercado antes de dejarles el maíz. Probablemente, observará algún receloso que intuya en la valla algún tipo de peligro, pero que de inmediato se sume confiadamente al resto de la manada. Otro día, coloque otra valla enfrente de la primera y comprobará cómo los animales se acostumbran rápidamente a comer en el medio de ambas. Avance con perseverancia hasta colocar los cuatro lados del cercado e instale en uno de ellos una puerta. Cuando los cerdos se habitúen a entrar por ella, la cierra y captura a todo el grupo.”

“Correrán nerviosamente en círculos, pero no se preocupe, ya habrán perdido su libertad. Estarán presos y pronto olvidarán su instinto de cazar por sí mismos al recibir alimento fácil y gratuito. Incluso se mostrarán agradecidos a su captor y durante generaciones irán felices al matadero, aunque sea la misma mano que les da de comer la que también les mata”. 

El espectro del totalitarismo, de los gobiernos populistas y extractivos, sigue amenazando peligrosamente, quizá hoy oculto tras un aparente manto de bienestar, seguridad o solidaridad, a las ideas básicas que han sido fundamento de la civilización liberal de occidente, para intentar colectivizar y hacer serviles a las masas. No están muy lejos.

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