Opinión

Allí estaban

Venezuela es actualmente una economía devastada, con una población desabastecida incluso de los productos más básicos aparte, claro está, de sus dirigentes revolucionarios. Las tenebrosas manos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro están directamente relacionadas con del declive más absoluto de una de las economías más prósperas de América Latina. 

Como bien lo explica J.R Rallo en uno de sus instructivos vídeoblogs, la economía de Venezuela no ha querido sacar provecho de su extrema dependencia del petróleo. Antes de 1995, es decir, antes de que Chávez llegara al poder, las exportaciones venezolanas de petróleo crudo y otros refinados suponían alrededor del 56% de las exportaciones del país. Pero desde que el régimen revolucionario llegó al poder, esta ratio no hizo otra cosa que crecer progresivamente hasta situarse prácticamente en el 90%. Es decir, el país se hizo totalmente dependiente de su recurso natural y no producía nada más que no fuera petróleo, entrando en la peligrosa senda de tener que importar del exterior todos los bienes de equipo y de consumo que necesitaba su mercado interior. Todo ello impulsado por sus dirigentes que no hicieron más que exprimir las rentas del petróleo sin otro objetivo que cebar y agigantar de forma colosal su sector público para que cada vez más ciudadanos dependieran de las transferencias discrecionales del gobierno. 

¿Había otra forma diferente de que el país pudiera capitalizar estas descomunales rentas emanadas del petróleo y sus derivados? Evidentemente que sí. Si en lugar de apropiarse de estas rentas, el gobierno las hubiera puesto en manos de sus ciudadanos y agentes económicos privados para que estos las invirtieran y gastaran en el mercado interior, éste habría de reconvertirse para procurar su abastecimiento, con la creación del tejido industrial y productivo que redujera la excesiva dependencia petrolera que sufría la economía venezolana, diversificándola y protegiéndola de un eventual agotamiento de sus pozos de crudo, tal como efectivamente ocurrió.

¿Qué otro tipo de alternativas económicas pudieron haber recomendado los pseudo-consultores internacionales podemitas a los gobiernos boliviano y venezolano que no fuesen otras que perseverar en la estatalización de sus economías para condenarlas irremediablemente a la miseria más absoluta? Porque estar, estaban; y en La Paz también (Willy Todelo “Yo a Errejón lo conocí en Caracas y él estaba trabajando para el gobierno chavista"). Unos pagando para que otros ensalzasen a los tiranos y extendiesen el modelo de revolución bolivariana en España. Así, tirando de hechos y de Historia, el Partido Comunista de España, formación integrada en Unidas Podemos, lanzó hace apenas un mes una campaña de pegada de carteles en los que destacaban lemas como: «el comunismo es vida» y «el capitalismo mata».

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