Los franceses no tienen suerte para sus grandes pruebas deportivas. Ni Roland Garros, ni el Tour de Francia, ni Las 24 horas de Le Mans. Han pasdo años y pasarán muchos más hasta que un tenista, un ciclista o un piloto francés ganen en esas competiciones. Este año han estado un poco más cerca con el ciclista Julien Allaphillipe, que se ha batido el cobre y ha ido vestido de amarillo gran parte de la prueba, que salvo de ese color los Pirineos pero que no pudo con los Alpes, a pesar de su entereza y pundonor. Pero lo que no puede ser, no puede ser y sin equipo que te apoye o sin condiciones excepcionales es imposible llegar a lo más alto del cajón en los Campos Elíseos. Parece que ha nacido una estrella Egon Bernal, colombiano de 22 años dispuesto a ganar la vuelta francesa tantas o más veces que Anquetil, Indurain, Froome y otro corredor estadounidense de cuyo nombre no quiero acordarme. Y además el chaval ataca con lo que el espectáculo parece asegurado. Larga vida deportiva al nuevo ídolo. Los franceses han estado cerca de conseguirlo este año. Quizá han perdido su gran oportunidad.
