Bastaron dos días para que los diez se convirtieran en nueve. Es un éxito de una iniciativa policial que se utilizó con profusión cuando el mayor problema de este país era el terrorismo y algunos sus dirigentes los enemigos públicos número uno y siguientes de la sociedad española. La policía ha utilizado el mismo sistema, la presentación de un cartel con las caras de los diez delincuentes más buscados por nuestro país entre los que se encontraban fugitivos de la justicia relacionados con el narcotráfico, la trata de mujeres, el homicidio y el asesinato y los abusos sexuales, con españoles y extranjeros en las fotografías. El primero de los detenidos, gracias a la colaboración ciudadana, con lo cual el sistema de los carteles se ha demostrado eficaz, ha sido un español considerado el mayor falsificador de moneda de España, detenido a la salida de su domicilio. En su caso había un dato muy importante que no le facilitaba pasar desapercibido, sus dos metros de altura.
