Los mossosd'esquadra se redimieron de un pasado muy polémico con su actuación durante los atentados de las Rambas y Cambrils. Para unos mantuvieron el prestigio durante el referéndum ilegal del 1-O que contribuyeron a no impedir, mientras para otros esa misma actitud fue la que favoreció su desarrollo, aunque andan los jueces dilucidando si fueron galgos o podencos en el juicio a su exmayor, Josep Lluis Trapero. Cuando los 'indepes' piden que cese la represión bien podían hacer examen de conciencia porque hasta el Consejo de Europa, una de las instituciones vigilantes del cumplimiento de los derechos humanos, les saca los colores y su Comité para la Prevención de la Tortura (CPT) pone de manifiesto las condiciones inaceptables de las comisarias, el gusto que tienen por las sujeciones mecánicas de los detenidos, las denuncias de malos tratos presentadas contra ellos, o que favorezcan el acceso a los abogados de oficio y lo que es peor, que por parte del Govern no hay "un compromiso evidente" para mejorar las condiciones a las comisarías de los Mossos. O sea, lo de la paja y la viga.
