Ya estoy viendo a mi médico, el que me vigila el colesterol, me da palique y me anima a no dejarme llevar por el instinto goloso y propenso a lo sabroso que engorda y tapa arterias, poniendo el grito en el cielo, diciendo que no puede ser, que hay que busca alternativas y que quién habrá pagado ese estudio. Según el doctor Gary L. Wenk, en un artículo publicado en estudio Psychology Today, "nuestro cerebro produce acetilcolina a partir de la colina, que se obtiene de la dieta y de los grupos acetilo que se originan en el metabolismo del azúcar”, etcétera, etcétera, y que “un sabroso donuts cubierto de chocolate a primera hora de la mañana le proporcionará a su cerebro todo lo que necesita para prestar atención y aprender cosas nuevas". Mi médico habrá pensado que toda una vida haciendo una cruzada contra la pastelería industrial, para que ahora otro colega diga que no hay nada mejor que un donuts para ser mas listos, con todas las contraindicaciones constatadas que tiene. Sin que sirva de precedente le haré caso y seguiré con la tostada con tomate.
