Opinión

La quema

Después de sonoras meteduras de pata durante su campaña electoral parecía que se había calmado, que sus asesores de imagen había logrado que contestara con pocas palabras a la preguntas de los periodistas y en las sesiones de control y que no se saliera del guion. Pero el jueves se salió de madre y volvió a ser la de siempre, la que está destinada a proporcionar grandes momentos para la historia de la confusión política. 
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso se ha preguntado si el Gobierno después de sacar a Franco del Valle de los Caídos la va a emprender quemando iglesias como en 1936, y ha dicho sentirse espantada con la ley de memoria histórica. Así como lo oyen. Cuando su jefe de filas, Pablo Casado sí se ha aprendido bien la lección después del fracaso del 28-A y se ha moderado en fondo y forma, su correligionaria ha tirado por la borda toda la labor del partido para recuperar la centralidad con unas declaraciones que han obligado a otros dirigentes del PP a salir en su ayuda. 

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