Opinión

La puntilla

Lo dijo el que fuera secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, cuando se retiró de la vida política y recibió un aplauso inmenso de amigos, adversarios y compañeros de partido, en la gradación de enemigos, que bien entierra España a sus muertos, en su caso políticamente. Lo mismo que le acaba de ocurrir a Adolfo Suárez Illana, que llegó a altos puestos del PP con Pablo Casado, ha sido miembro de la Mesa del Congreso,  y que ha decidido poner fin a su vida política, por la que ha pasado con más pena que gloria, quizá porque esperaba tener más altas responsabilidades. De lo que no cabe duda es que a lo largo de su vida política el hijo del primer presidente de la democracia ha tenido trato exquisito con los adversarios y una manera de entender la política, ha dicho Meritxell Batet en representación de la mayor parte de los diputados, en la que ha trabajado para facilitar la convivencia, en lo que ha llamado el estilo Suárez. En efecto, cuánto se echan de menos otros tiempos en los que primaban la búsqueda de acuerdos. 

Te puede interesar