Opinión

Karma

El comandante del portaaviones nuclear estadounidense Theodore Roosvelt, Brett Crozier fue destituido del mando nada más poner el pie en la isla de Guam tras haber escrito una carta en la que relataba que parte de su tripulación y los militares a su cargo se encontraban contagiados por el Covid-19. Cuando un país se ha tomado, por culpa de su presidente Donald Trump, la pandemia del coronavvirus llegado desde China como un asunto menor hasta que Estados Unidos se ha convertido en el epicentro de la epidemia, ocurren estas cosas. Y siempre hay más papistas que el papa. Ha sido el caso del secretario interino de Marina, Thomas Modly, que calificó al almirantes de “infantil y estúpido” a bordo del buque y en presencia de los tripulantes a los que había tratado de proteger. Su verborrea hizo que primero tuviera que pedir disculpas al marino para acabar presentando su dimisión, porque a estas altuaras el coronavirus se ha convertido en el primer problema del país y Brett Croaier en un héroe por anteponer la salud de sus hombres a otras consideraciones. El karma se la ha jugado a Modly.
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