Opinión

Calor y ruido

Cada uno por separado es un factor de incomodidad, pero los dos juntos son una bomba de relojería, un atentado contra el bienestar personal, y causa de irritación, mal humor, desesperación y sensación de impotencia. Con una ola de calor como se ha visto pocas veces, que no hay ventanas abiertas que permitan la entrada de una ligera brisa porque el aire no se mueve, si se precisa tenerlas de par en par para poder respirar porque no todo el mundo, a pesar de su proliferación en los últimos años, tiene instalado en su casa el aire acondicionado, puede ocurrir y de hecho ocurre con mucha frecuencia que la acera de la calle se encuentre ocupada por una terraza de algún establecimiento  hostelero en el que en los decibelios alcanzan un nivel más alto del permitido, o del que tolera el oído cuando se quiere o se necesita dormir. El antiguo debate de conciliar ocio y descanso de los vecinos, se intensifica con la ola de calor con posiciones más extremas.

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