Opinión

Doble Noche

La familia y seres queridos son de las palabras que más circulan en estas fechas a la hora de felicitar. Otros términos del lenguaje navideño se refieren a la salud, la prosperidad, la felicidad y la paz.  Enviamos mensajes artesanales influidos del dominio ¨Merry Christmas¨ y  también de Papá Noel. Lo hacemos porque  nos une la naturaleza de seres vivos  que  nos alimentamos de sonrisas, practicamos los  latidos del alma,  recordamos los villancicos de niñez y degustamos  dulces que tienen tradición y  son de temporada.
 Hay poblaciones que celebran la Nochebuena dos veces al año,  ello da tiempo para solventar los pecados cometidos en ¨mea culpa¨.  En el pueblo medieval de Molina de Aragón en  Guadalajara practican esta benévola tradición, que sólo tienen Roma  y la localidad murciana de Mula.  Para ellos la noche del 24 al 25 de diciembre es la segunda víspera de Navidad  familiar, tras la noche del 7 al 8 de diciembre  que la solemnizan en la fiesta de la Inmaculada Concepción. Estás iniciativas ancestrales permiten arreciar la polémica de ¨en su casa o en la mía¨, repartirse con las familias y poder decir que han pasado  la Nochebuena del año con propios y políticos. Dos opciones  para elegir, o saturar, depende como se practiquen; pero suponen alternativas a evitar disputas colaterales.

Las dos celebraciones son bendición y prerrogativa por una bula papal que tiene ya quinientos años. Se trata de privilegios ancestrales que además suponen indulgencia plenaria. Adelantan la Misa del Gallo del 24 de diciembre a la noche del siete de diciembre por devoción de sus habitantes a la Virgen Inmaculada. 

A esa pequeña Navidad adelantada les surge más y más adeptos para dar autonomía e independencia en el día 24 de diciembre. Con estas funciones legitimadoras el concepto clave de la Nochebuena adquiere una más amplia dimensión con segundas oportunidades a todos aquellos que patinaron en la teatralización de la Navidad pequeña con soflama o desenfreno total. Salud es el deseo más extendido, incluso entre los no tan bien avenidos.  A los contenidos y frenados  las palabras son lo de menos. Tienen salud por no subírseles la bilirrubina y practicar riesgos de corazón imprudente. La felicidad se le supone y el amor también. Salud, felicidad y amor en compañía de toda la familia. Y si no es así siempre nos queda adelantar la Nochebuena, celebrarla el día de la Inmaculada y en caso de que la Virgen no haya intercedido siempre queda agarrarse a la indulgencia plenaria o al acto de contrición ayudado por la divina gracia del perdón. Siempre es un atenuante alegar presión familiar para este cuento de Navidad. 

Molina de Aragón sabe mucho de segundas oportunidades. Dos nochebuenas puntúan doble pero cuidado con que sean dos noches malas.

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