El presidente del Fútbol Club Barcelona, un caballero zurdo, moreno, dentón y atezado, que se ha dejado la barba durante el encierro probablemente para dar sensación de más autoridad, ha resuelto expandir la especie de que al Madrid le favorecen los árbitros, los que manejan el VAR, un argumento que algunos de los comentaristas de la prensa deportiva han acabado dando por bueno o al menos no han dado por malo, que siempre hay mucho majadero que se convierte en colaborador necesario. El presidente del Barcelona es un sujeto que bebe en las mismas fuentes de todos los demás adeptos al teorema del expolio histórico, y que ha decidido trasladar al fútbol la inconsistente pero efectista teoría de “España nos roba”. Francamente no puede ser agradable ni sereno vivir en las condiciones en las que vive un catalán adicto a la causa, siempre pensando que les quitan lo suyo, siempre mirando debajo del colchón a ver si les han ventilado caudales allí escondidos, siempre pensando que son víctimas de todo lo malo que pasa, especialmente si el contencioso se interna por la oscura vía de la pasta que es lo único que parece funcionar en el conjunto doctrinario de la fracción dominante en la sociedad catalana.
La realidad dice sin embargo que quien roba a los catalanes es la familia Pujol que se lo ha llevado en baúles. Y la realidad histórica dice que los que se han encargado de tejer esta estúpida leyenda negra que ahora trata de incorporar a su galería villanos nuevos tan dispares como Cristóbal Colón y Sergio Ramos, son unos sujetos que están en la cárcel y a los que la natural benevolencia de las instituciones territoriales para con los suyos está dispuesta a poner ya en la calle. La tradicional fortaleza de las finanzas y el tejido económico catalán vive momentos muy precarios, y en situaciones que demanda una exigencia superior a la habitual ya le asoman las costuras, pero los encargados de propagar el mentiroso ideario que sostiene la patraña, continúan impertérritos soltando sus peroratas: “España nos roba”, “Madrid nos roba”, “el VAR nos roba”, “el Real Madrid nos roba de acuerdo con el VAR”.
Los tiempos venideros juzgaran mejor las cosas pero también dice el refrán que difama que algo queda. Corear las frustraciones de Josep María Bartomeu a las que se suma un sujeto de paso como Setien que hoy está allí y mañana vuelve a cuidar vacas, parece una locura. Pero perores se han visto.
