Opinión

Un problema de todos

El problema que la migración plantea a los países sureños del continente europeo ha dejado de ser un problema de los países sureños para convertirse en una situación que afecta a todos sus integrantes y como tal ha de planificarse. Una situación de tan grave naturaleza no puede fluctuar entre la radical negativa italiana y el buenismo español porque así nada se soluciona  y lo único que se está consiguiendo es hacer pan para hoy y hambre para mañana. Angela Merkel ha venido  a Doñana no para discutir con Pedro Sánchez los detalles de una política migratoria sino para advertirle de que no puede seguir ejerciendo de paño de lágrimas adsorbiendo todo lo que llega  sin establecer las condiciones razonables que permitan otorgar continuidad y sentido común al tiempo después de la llegada a nuestras costas de barcos atestados de emigrantes recogidos en el mar por organizaciones no gubernamentales.
De hecho, tras las visita de Merkel, la política migratoria del Gobierno ha cambiado de forma considerable e incluso ahora sabemos que el pacto de última hora que permitió repartir a los náufragos  del “Acuarius” por varias naciones costeras no se debe a Sánchez, como han querido vender los responsables de imagen de nuestro equipo gubernamental, sino a Macron. Convertir todo lo que Sánchez hace en oro es ridículo y terminará por engullir al propio presidente porque no hay efecto más pernicioso y demoledor que el que origina el vuelo del boomerang.
De todos modos, y puestos a destacar lo más detestable de esta situación que hace ya algún tiempo se ha ido de las manos, nada como el comportamiento del presidente de la Generalitat de Cataluña, este sujeto incalificable que es Quim Torra, quien se afanó en ofrecer puertos de desembarco y acogida en cuanto supo que España no otorgaría permiso para atracar el barco. Torra sabe, como sabe todo el mundo, que no tiene  capacidad alguna para cursar esta oferta pues los puertos a los que se refiere dependen de Fomento y las decisiones en esta materia corresponden en su totalidad al Gobierno de la nación. Torra y el independentismo catalán lleva mucho tiempo transitando en la villanía y esta es una muestra más. Que sepa Sánchez de quién depende para seguir en Moncloa. Y que no se le olvide analizarlo.

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