Opinión

Un antes y un después

Si todos los consejos de Ministros que se desarrollaran fuera del reducto de confort definido por el complejo de la Moncloa fueran incluso ligeramente parecidos a este adefesio vergonzosamente escenificado en una Barcelona tomada por todos los cuerpos y fuerzas de seguridad estatales y regionales posibles, lo mejor sería no hacerlos, porque esta pantomima además de salir cara es ridícula e incluso peligrosa. Al fin y al cabo, el sainete, -de una banalidad que pone los pelos de punta- no ha servido para otra cosa que para incrementar el ego enfermizo del presidente del Gobierno y su equipo ministerial, en el que se incluyen personas a las que ni por asomo sospechaba yo capaces de prestarse a respaldar este impresentable juego. Así, de memoria, se me ocurren integrantes de este singular equipo de Gobierno capaces de bailar el rigodón sobre un lecho de ascuas recién atizado con tal de conservar el puesto y el sueldo, pero de otros no tenía yo en verdad esa impresión. Supongo que cuando uno ha aceptado incluirse en una operación como la que ha construido Pedro Sánchez, está para todo. Para lo que le gusta y para lo que no le gusta. Yo diría así de memoria unos cuantos ministros que han ido a esta vergüenza tirados de los pelos. Pero eso situación no anula su responsabilidad en semejante comedia que espero alguna vez les pasará la factura. Yo me siento avergonzado y lo que es peor, pésimamente gobernado. Y además, desasistido por  este  desleal Gobierno. Abandonado en mis convicciones más íntimas que son, a saber, las de muchos como yo. Los que creemos en el Estado de derecho, los constitucionalistas, los que cumplimos las leyes, los que hemos pagado hasta el último céntimo de nuestros impuestos, los que confiamos en un país sin rencores, unido, abierto, democrático y serio, los que confiamos en que se respeten las reglas, los que estamos del lado de la igualdad, de la solidaridad, y de la tarea común. Esos a los que Pedro Sánchez y su Gobierno han dado la espalda  de la manera más inicua. Un presidente y un Gobierno no refrendado por las urnas. Lo digo por si alguien no lo recuerda.
Sinceramente creo que hay un antes y un después de esta lamentable actuación y de este consejo de Ministros con las calles tomadas, helicópteros en el cielo y protocolo irresponsable que da rubor. Allá ellos. 

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