Opinión

La agonía del planeta

La amenaza cada vez más perceptible de un cambio climático de fatales resultados para el planeta ha pasado de simple anécdota a motivo casi único de reflexión y pensamiento en una sociedad actual que, seamos sinceros, al asunto de pensar destina menos tiempo del necesario. A principios del nuevo siglo, los que sentían una cierta preocupación por la suerte futura de la biosfera eran considerados unos tíos rarísimos. Había cosas mucho más importantes de las que preocuparse y esa angustia compartida por unos cuantos visionarios que veían venir la muerte de los glaciares del Pirineo como paso previo a la extinción de la raza humana de la faz de la tierra se tomaba literalmente a chacota. Circulaban incluso chistes muy crueles al respecto. Recuerdo que  hace muchos años, asistíamos extasiados a la actividad de un sujeto que recorría en taparrabos las playas del Val Miñor retirando y metiendo en sacos la porquería que iba encontrando a su paso y que, por aquellos tiempos era repugnante e ingente. Botellas vacías, papeles, colillas, restos de alimento, pedazos de redes, condones, clavos, latas de conservas huecas, harapos de todos los colores, envases de plásticos, restos de embarcaciones,  e incluso ruedas de bicicleta, Lo hacía aquel hombre santo, enjuto, greñudo y aceituno, con el rostro contraído por la angustia, sin perder la concentración ante las miradas compasivas de los muchos bañistas que le observaban como se observa a un majareta. Allí estaba el hombre dale que te pego metiendo en el morral toda la mierda que infestaba las playas y de la que nadie se hacía cargo.
Veinte años después, y como corresponde a un país como el nuestro que pasa del negro al blanco y del blanco al negro en cuestión de minutos –tómense apuntes de su propio presidente en funciones capaz de acostarse despreciando a Unidas Podemos y levantarse subyugado por ellos- ahora no hay más tema de conservación que los efectos del calentamiento global, aunque una parte no despreciable de quienes se suman con entusiasmo a esta causa no tienen la más remota idea de lo que es el calentamiento global, y sirvan de ejemplo las explicaciones de Elena Furiase al respecto.
Escuchen la canción y la puesta en escena de nuestra participante en Eurovisión Junior y entenderán mejor de lo que les hablo.

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