Opinión

Historia de dos ciudades

Las últimas encuestas que no firma el CIS de Tezanos sino encuestadores más neutrales y serios, otorgan mayoría holgada a Ayuso en la comunidad de Madrid y victoria insuficiente para Almeida que habrá de pactar con Vox si quiere seguir manteniendo la Alcaldía. Esas mismas encuestas –las mismas que han pronosticado una mayoría absoluta cómoda y sin riesgos para Abel Caballero en Vigo que los cálculos de Tezanos esta vez sí comparten- proponen un escenario caótico para Barcelona en cuyas predicciones Ada Colau no obtiene muy buenas perspectivas. Colau es, según estos estudios, el líder peor valorado de quienes optan a ser algo en la Ciudad Condal, y la posibilidad de mantener la Alcaldía depende de tantas variables como las que se le presentan a su rival en las urnas, el funcionario Jaume Collboni que representa al PSOE.

El escenario que imaginan estos estudios demoscópicos no parece contradecir los apuntes geopolíticos que se advierten a simple vista y que proponen la comunidad de Madrid como la más equilibrada y próspera del país, una situación de privilegio que parece favorecer estabilidad, buenas perspectivas y excelente clima para prosperar en los negocios. Por tanto, una franja del territorio nacional que no parece muy proclive a trasluchar la vela porque en las condiciones en las que se desempeña les va muy bien. Una situación no compartida con Barcelona, una ciudad industrial y de condiciones notables para el desarrollo del negocio, cuya inestabilidad política y cuya disparatada práctica municipal han dado paso a un descenso más o menos apreciable en los índices productivos y una catástrofe urbanística y social que pone en fuga a los inversores.

De lo que también dan cuenta estas encuestas que tratan de trazarse número va y número viene, es de la dificultad que experimenta el PSOE para asomar la cabeza en la comunidad madrileña donde todas las previsiones –menos la de Tezanos naturalmente- le pronostican una tercera plaza superados por Más Madrid. En el feudo capitalino, el PSOE ha perdido las escarpias por completo y lleva años pegando con la frente en todas las puertas sin encontrar un personaje con el suficiente bagaje personal para dar la batalla y obtener resultados que no le obliguen a perderla como le ocurrió a gente buena como Gabilondo o Pepu Hernández. Reyes Maroto es un apaño más de Sánchez y solo sabe y huele a eso. Collboní tiene más posibilidades en Barcelona. Allí la batalla está abierta. Pero tampoco garantiza una victoria. Maragall queda lejos.

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