Opinión

Fútbol sin alma

Me ha asomado por curiosidad más que nada, al primer partido de fútbol profesional transmitido por la televisión tras la interrupción decretada por la pandemia, el que jugaron hace unos días el Borussia Dormunt y el Shalke 04 correspondiente a la reanudada Liga de Alemania. Sintonicé el canal para saber qué sensaciones me transmitía este nuevo espectáculo, y tengo que reconocer sinceramente dolorido que así más vale que no se reanuden las competiciones futbolísticas porque el panorama no transmite pasión y pujanza como acostumbra a hacer el fútbol, sino una tristeza infinita. La visión es, desde mi personal punto de vista, yerma y melancólica y transmite una sensación desoladora que nada tiene que ver con el espíritu de un espectáculo que necesita de clima, sentimiento y presencia colorida en la grada. Lo que yo vi el otro día era un juego de pelota huérfano de ardor y entusiasmo, que no llegaba al corazón del espectador y que no invitaba a quedarse. No sé qué ocurrirá cuando uno de los protagonistas de la pugna sea el equipo de nuestros amores pero me cuesta creer que pueda generar arrebato alguno ni siquiera inmerso en un duelo de los de tomo y lomo, esos que, en la antigüedad, disputaban los llamados eternos rivales.

No hay mucho más que añadir por mi parte a esta primera impresión si no es la esperanza de que el ánimo se acostumbre a presenciar los partidos de fútbol bajo este prisma novedoso que prescinde del componente gestual en el campo y de los seguidores en las gradas. Hay mucho dinero de por medio, muchos intereses en juego y la continuidad impuesta supongo yo por los canales de televisión que exigen la vuelta a la competición y la reanudación de un negocio. Lo que yo no tengo claro es que ese negocio prospere en este escenario. Un paisaje frío en el que ya no existe nada de lo que convertía el fútbol en una cita tan peculiar, plena de emociones, de amores y desamores.

Para mí –que soy aficionado al fútbol desde mi más tierna infancia- no es lo mismo, y supongo que esta visión catastrófica del espectáculo es compartida por mucha gente. A mí así el fútbol no me gusta, y duré quince minutos justos como espectador. Ya veremos cuando le toque al Madrid, pero sospecho que va a ser muy parecido.

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