Opinión

Embustero y bailarín

Uno de los personajes que más me ha sorprendido en esta ceremonia de la confusión en la que se ha convertido la elección de presidente del Gobierno es Miquel Iceta, el recién reelegido secretario general del PSC y portavoz de los socialistas catalanes en su Parlamento. Siempre me ha parecido muy poca cosa este caballero de mediana edad y aspecto gris, una opinión que podrían –solo podría- corroborar unas pinceladas biográficas que pasan de puntillas por su formación académica y sugieren simplemente que es muy endeble o probablemente inexistente. Iceta es uno de esos casos no infrecuentes en el PSOE de militante temprano que han preferido buscarse la vida jugando a la política antes que labrarse un porvenir académico sólido. Han desarrollado una labor continuada en diferentes esferas de su partido, han sido espabilados, se han ido arrimando a los que cortaban las barajas y repartían el juego, y han terminado siendo ellos los que reparten cartas.    
Sin embargo, esta ausencia de una base sólida de conocimiento que otorga el estudio asoma siempre la patita y sospecho, por lo que he escuchado y he visto, que también aquí se nota. El secretario general de los socialistas catalanes es, a no dudarlo, un excelente bailarín, pero no transmite una sensación de sapiencia y peso específico. Al menos fuera de Cataluña.
Dentro de ella ya es otra cosa y Pedro Sánchez le ha mandado por el mundo a predicar el nuevo evangelio de aplicación imprescindible en el marco parlamentario y político que el aspirante a La Moncloa ha previsto y necesita. Iceta es el ideólogo de esta teoría infame de la nación de naciones que es necesario aceptar para mantener contentos a los socios necesarios de ERC, y ha recibido e interiorizado todas las consignas. Ya no hay Constitución sino seguridad jurídica, ya no hay delitos contra el Estado sino problema político, ya no hay líneas rojas sino diálogo constructivo para desbloquear ese problema político, y ya no hay España de las autonomías sino nación de naciones y relaciones bilaterales. Como las negociaciones que este PSOE de Sánchez lleva a cabo con los independentistas son completamente opacas y nada ha trascendido de los extremos de esta negociación, tampoco sabemos hasta dónde van a llegar las concesiones del aspirante para lograr la ansiada presidencia. Hace muchos años, los Pekeniques grabaron un tema instrumental llamado “Embustero y bailarín”.  Pues a Iceta, le pega.

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