Opinión

El santo ayuno

Debe resultar cansino este compromiso adquirido por el presidente de la Generalitat que le obliga a superar el disparate del día anterior con uno más grande. Supongo que  semejante necesidad le requiere un gran esfuerzo porque no es fácil imaginar cada mañana actuaciones que resulten descabelladas, procurando además que hagan el mayor daño posible a los administrados y no se repitan demasiado para no transmitir sensación de desgaste. El domingo, mientras Messi y un séquito regular tomaba el avión para Madrid, dispuesto a aparecerse a los mortales –en su mayoría compatriotas- en el River-Boca del Bernabéu, el presidente Torra escenificaba su ingreso en el monasterio de Montserrat con el fin de compartir con algunos allegados un ayuno de cuarenta y ocho horas en solidaridad con los cautivos en penales de la meseta, a los que Puigdemont dejó tirados y abandonados a su suerte en su precipitada huida hacia territorios belgas. Torra bebió un vaso de agua por todo ingerir, e ingresó posteriormente en el citado monasterio,  muy significado por otra parte con la causa catalanista y no hace falta recordar que, bajo sus añejas bóvedas fundó Jordi Pujol el partido nacional-democristiano que llevaba por título Convergencia de Cataluña del que ya no quedan ni los rabos –que extraña vinculación existe entre la derechona nacionalista y la Iglesia católica- y recordemos que uno de los hijos del prócer –investigado por irregularidades múltiples en la administración de bienes públicos y misteriosamente todavía en la calle- solicitaba también por esas horas que le permitieran conmutar la pena de prisión por tareas sociales. Le han dicho que ya veremos.
A esas horas también, brigadas de encapuchados, siguiendo la estrategia planeada para todo el fin de semana, cortaban autopistas en la comunidad de Cataluña  en nombre de la República. Son los mismos que se enfrentaron a los Mossos unos días antes en una Barcelona caótica que no puede soportar ya ni Ada Colau. Los Mossos están siendo depurados por orden expresa del presidente Torra por su contundencia, pero lo ha dejado todo pendiente hasta después del ayuno.
Como quiera que anda con sobrepeso, este internamiento de dos días le va a venir muy bien para la salud y la línea. Y a todo lo demás, que le vayan dando.
 

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