Opinión

El problema es el problema

Siendo un problema que lo es, el problema más problemático no es que la abogacía del Estado, con la señora Castro a la cabeza, haya dado luz verde a un tratamiento nuevo del contencioso independentista. Estaríamos hablando de un problema grave en el caso de que no los hubiera peores. El problema es que los hay. En mi opinión el problema por excelencia es que los españoles no nos enteramos de nada y además toda esta ignorancia dirigida forma parte de una estrategia global. Pedro Sánchez se ha aislado del mundo y vive oculto para que ni nada ni nadie distraigan unas largas negociaciones con esta ERC que amenaza con romper la baraja a la menor filtración. Eso quiere decir que no sabemos una palabra de los términos en que se ha llevado una negociación que muchos que respaldaron con su voto la opción socialista seguramente no aceptarían si supieran para qué ha servido su voto. No sabemos cómo se ha pactado, qué se ha pactado, por cuanto tiempo, qué condiciones ha impuesto el independentismo catalán para secundar el acuerdo, qué quiere Podemos, que se le va a dar, cómo se va a articular el poder, qué se quedan para ellos los separatistas, cuánto ha tragado Sánchez para llegar a la Moncloa, cuáles son las líneas rojas si es que las hay, que sistema de reparto se va a usar con los socios preferentes, qué han aceptado los independentistas vascos, cuántas promesas se han hecho a cambio de votos, qué instituciones van a a pasar a manos de los socios…

El problema por tanto es que en un país hoy profundamente democrático, libre y soberano, ilustrado por unos medios de comunicación libres y democráticos, no se ha reflejado una palabra de todo este proceso salvo cuatro majaderías producto de la especulación y la inventiva de los comentaristas políticos que no saben qué decir.
El problema es que no tenemos ni la menor idea del incidente de Bolivia, con Cristina Borreguero,  sustituta del embajador de vacaciones, visitando a la  embajadora de México, y se lía un conflicto internacional. Nadie nos lo explica, nadie nos cuenta por qué se ha producido un suceso gravísimo. Y no se cuenta seguramente porque no se puede contar, ahora que Podemos pierde las elecciones y paradójicamente manda.

El problema es que no sabemos nada de nada. Ni del pacto, ni del lío diplomático, ni de la conducta de la abogacía del Estado. No sabemos nada de nada y así vamos a seguir bastante tiempo.

Te puede interesar