Opinión

El debate eurovisivo

La participación de España en el festival de Eurovisión es la crónica de una muerte anunciada. Como ocurre con esos entrenadores desesperados que no saben qué hacer con su equipo y cada jornada prueban con un sistema nuevo de juego a ver si les da resultado, los responsables de la RTVE han ensayado ya con todas las fórmulas posibles e incluso las imposibles. Recuérdese entre estas últimas, aquella controvertida participación de un esperpento bautizado como Roberto Chikilicuatre que se sacó de la manga Buenafuente  endosándoselo a un buen actor de reparto llamado David Fernández al que le tocó hacer el ridículo mientras la novia del presentador se incluía entre las chicas del coro de acompañantes.
Representando a España en Eurovisión se han sucedido flamencas y tenores de opereta, cantantes melódicos, rockeros y folclóricas, vencedores de concursos musicales, bailarinas, caraduras, figuras consagradas, artistas desconocidos, punkies, funkies, chicos guapos, ciudadanas despampanantes, joteros, bluseros, dantes y tomantes… Y desde Massiel y Salomé, nada de nada.
Este años, para insuflar más carburante a la pasión eurovisiva, el debate sobre qué mandar al festival de la canción se ha animado previamente con una polémica gala de elección en la que un jurado compuesto por tres críticos musicales procedente todos ellos de la radio y todos ellos catalanes, terminaron otorgando el galardón a un debutante procedente de Reus llamado Manel Navarro tras una agria disputa  marcada por un sorprendente desempate. El final del programa hubo de adelantarse abruptamente porque el ambiente se estaba calentado y, tras su colofón dicen que partidarios y detractores  del vencedor llegaron a las manos. Antes de desenchufar para que el final de la desventurada gala no trascendiera más de lo aconsejable,  la gresca se extendió por el set televisivo, Manel hizo un corte de manga  a los que le abucheaban y dicen que un vengador anónimo le atizó un coscorrón a uno de los jurados cuando el tumulto era ya imparable. Total, que el tal Manel termino compareciendo en solitario ante los periodistas y ninguno de los directivos de la cadena dio la cara. La canción es una dulce y sensible mamarrachada. Manel se mesa los cabellos como todo gesto de actividad cerebral. Otro año más…
 

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