Opinión

Resistiré

Difícilmente se puede concebir la historia del pop español sin mencionar a Manolo de la Calva y Ramón Arcusa, componentes del Dúo Dinámico, un nombre de combate que debería sonar ajado y caduco porque son denominaciones que ya no se llevan,  pero que, por el contrario, inspira admiración y respeto. Aquellos dos jovencitos que, en 1958, sorprendieron a sus compañeros de la factoría de Barcelona donde trabajaban como torneros cantando “Blanca Navidad”, son hoy dos leyendas cuyo paso a la posteridad está ganado a pulso no solo como voces de una agrupación que ha aportado obras mayores a la cultura popular de este país nuestro, sino como compositores de temas para sí mismos y para otros intérpretes que han sido sinónimo de éxito fulminante. Ramón y Manolo compusieron por ejemplo el “La, la, la” que ganó Eurovisón, y  llenaron de buenas canciones cincuenta años de música que ha merecido premios y galardones a ambos lados del Atlántico.

La pandemia del coronavirus  nos ha permitido recuperar una de sus muchas obras, “Resistiré”, de cuya música es autor Ramón Arcusa y cuya letra corre a cargo de Carlos Toro, un veterano periodista de la cofradía de los especializados en Deportes, que no solo es un maestro en el comentario –ustedes le pueden leer en las páginas fin de semana del diario “El Mundo”, de cuya redacción fundacional formó parte tras incorporarse procedente del desaparecido ”Diario 16”- sino que ha sido testigo de todos los grandes acontecimientos del género, desde Olimpiadas a campeonatos Mundiales no solo de Fútbol sino, especialmente de Atletismo y Ciclismo. Toro es uno de los nuestros al que, siguiendo una costumbre muy extendida en el oficio,  siempre le ha gustado tocar diferentes palos y entre ellos está lo de escribir textos de canciones. Con una de ellas también fue a Eurovisión allá por el 92 o 93. 

Estamos ante una canción con cuajo, así que no me extraña que se haya convertido en un himno para una sociedad que está ávida de recibir estímulos positivos. Un amigo mío, la toca todos los días a las 8 de la tarde en su piano, con las ventanas abiertas al patio interior y es coreada por sus vecinos. Yo, francamente, prefiero el aplauso simple porque el piano no es lo mío.

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