Hace unos días, me encontré con las declaraciones de un veterano entrenador deportivo que se jacta de ser el primer preparador que tuvo Julio Iglesias cuando aspiraba a convertirse en guardameta del Real Madrid. El joven futbolista y futura estrella internacional de la canción, comenzaba entonces a velar sus armas como portero en las categorías inferiores de la entidad blanca, y aquel señor viejecito lo vio crecer bajo los palos y sospecho que fue el que sugirió al muchacho que abandonara los tres palos para dedicarse a la música. De hecho, y como le ocurrió mucho más tarde a Álvaro Benito, un percance –Iglesias tuvo un accidente de tráfico y Benito una lesión casi irreversible- obligó a ambos a dedicarse a la música. Esta situación se ha repetido más de lo que uno sospechaba, y resulta que varios actores y músicos probaron antes como futbolistas y ese es el caso del legendario Raf Vallone, que fue tres temporadas jugador del Torino en Primera División italiana, o el de Martin Compston, el actor escocés protagonista de la afamada serie “Line of duty” producida por la BBC, que fue jugador del Aberdeen antes de dedicarse a esto del cine. En esta vertiente artística, no conviene olvidarse de Vinnie Jones, que es tan malo como actor como lo era como jugador de fútbol profesional, y su condición y aspecto físico le han condenado a hacer perpetuamente de pandillero en la pantalla. A pesar de ello, estuvo en las filas del Leeds y el Chelea, y fue nueve veces internacional por Gales.
Quizá convenga pensar en todos esos actores que han sido con anterioridad futbolistas para incorporarlos a los planteles de los equipos de fútbol, por lo menos los de la Primera División española que vuelven, para ejecutar una representación televisiva sin público en la grada y con sonido enlatado que es como la RFEF y la Liga Profesional se imaginan el retorno a la competición. El cine no le ha hecho justicia al fútbol salvo en la estupenda película “Evasión o victoria” que dirigió John Huston, y que contó con dos docenas de leyendas del balompié como extras de este film altamente recomendable incluso para los que no les guste el fútbol. Lástima que ya no esté John Huston para dirigir la realización de los partidos que restan en España, porque le quedarían divinamente. Viendo su trabajo en “Evasión o victoria”, a mí no me cabe ninguna duda de que sería el idóneo para organizar la vuelta. Y lo bien que lo pasaríamos.
