Opinión

Los militares y los fachas de Vox

Varios de los cinco generales y un coronel retirados fichados por Vox como cabezas de lista y para una alcaldía en las próximas elecciones acogieron con estupor el inesperado nombramiento como número uno de Albacete de Fernando Paz, historiador y tertuliano televisivo negacionista de la Shoah, el Holocausto judío ejecutado por los nazis que exterminó a seis millones de judíos.
 Cuando firmaron por este partido desconocían que tendrían como compañero de listas a Paz, más que derechista duro como inicialmente parecía ser Vox, un fascista que afirma además que los juicios de Núremberg fueron una farsa.
 Se añade que para él la homosexualidad es una perversión que puede curarse, igual que el también recién nombrado número uno por La Rioja, Jorge Cutillas, exlíder regional de Fuerza Nueva, banda matonil de la rama fascista del franquismo establecida como partido en 1976 con nulo éxito en las elecciones a las que acudió.
 Respetados y bien relacionados desde al menos hace tres décadas con militares de otras grandes democracias a través de la OTAN y de misiones internacionales, los militares ahora en Vox ven como un problema que se les relacione con personajes como Paz y Cutillas.
 Porque aunque algunos firmaron un documento pidiendo respeto a la figura de Franco como soldado siguiendo las centenarias tradiciones militares, son constitucionalistas y no desean establecer un régimen como el del dictador, que añoran los dos ultras.
 Cuyos fichajes pueden provocar una crisis en el partido de Santiago Abascal, con el que algunos militares tampoco están de acuerdo en su propuesta de facilitarle a los ciudadanos la posesión de armas de fuego aunque solo sea dentro de sus viviendas: como profesionales de su control y uso saben que las carga el diablo.

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