Opinión

Hispanidad y etnias

Junto a las conmemoraciones de la Fiesta Nacional del 12 de octubre, ha vuelto a sonar el término Hispanidad, que quedó manchado por su identificación con el imperio español al que lo sometió Franco
 En contraposición, distintas Comunidades Autónomas resaltan ahora su orgullo de poseer razas autóctonas, aunque pongan como señuelo el culto a las lenguas locales.
 Hispanidad es solo la comunidad que engloba a los descendientes de la Hispania romana en los pueblos y países en los que los españoles dejaron su semilla, física y cultural.
 Es el conjunto de los hablantes de español de nacimiento en cualquier parte del mundo, como acuño Miguel de Unamuno, que resaltaba a la Hispanidad no como imperio sino un valor cultural común de personas de todo origen étnico y geográfico
 Por tanto no es una expresión racista, porque en ella caben todas las razas posibles, especialmente los cientos de millones de mestizos americanos.
 Como contraste véase cómo los anglosajones exterminaron a los nativos canadienses o estadounidenses, sus mestizajes sólo anecdóticos y la mayoría sobreviviendo en reservas.
 Pero en España hay un sustrato de buscadores de una pureza racial originaria que se detecta ante todo en el País Vasco, después aunque menos en Cataluña, luego en Galicia y, ya para crear nuevas parroquias para las prebendas que da el nacionalismo –cargos públicos con lengua a veces inventadas recientemente-, en Andalucía, Asturias…, y vienen más detrás.
 Las quejas en los medios informativos por la extinción de la raza vasca, o las alabanzas de Oriol Junqueras a la catalana “más europea” que la de otros españoles, muestran un racismo étnico fascista, al contrario que el denostado término Hispanidad, cuya fama de franquista oculta que sólo es el encaje de una cultura común.

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