Opinión

La peor manera de superar un problema

Pues, dilecta leyente, hace poco tuve que asistir a un acusado de conducir ebrio, liarse a cabezazos con los agentes y a patadas con el coche patrulla. La razón que me dio es que estaba pasando por un mal momento y quiso ahogar las penas en alcohol.

De todas las maneras conocidas de tratar de superar un problema, le dije, has escogido la peor. Antes, cuando España era católica, lo usual era largarle el rollo al cura, te penitenciaba con un par de padrenuestros y como nuevo. A estos adeptos les llamaban “meapilas”. Aparentemente era un servicio gratuito y altruista, pero los sacerdotes no dejaban de ser agentes del Estado Vaticano que gracias a nuestras confesiones, disponía del mejor servicio de información. 
Luego, cuando nos volvimos impíos, decidimos acudir al sicólogo que en vez de tenernos de rodillas nos recostaba cómodamente en un diván; no nos sermoneaba, aunque la mayoría de las veces tampoco nos escuchaba, pero, eso sí, nos penitenciaba con sesenta euros, con lo que el alma puede que no nos la limpiara, pero el bolsillo: ¡Vaya! A estos adeptos les llamaban “pirados”.

Otros preferían acudir a las casas de citas, le contaban sus cuitas a las chicas de moral distraída y si necesitabas fuerte penitencia te sacudían con el látigo o te clavaban los tacones en salva sea la parte. Podías elegir entre sado puro y duro o sadomasoquismo. A los adeptos les llamaban puteros.
Más tarde nos hicimos esotéricos y acudimos a los chamanes y a los brahmanes. A estos adeptos se les llama, aún hoy, “julais”.
Y es que, dilecta, cuando uno se siente más solo es precisamente entre la multitud. En cualquier caso, habría que distinguir entre la soledad buscada y la soledad impuesta. De la primera se sale cuando se quiere. De la segunda no.

Aristóteles dijo que el hombre es un ser social por naturaleza. Lo cual no justifica ni al lenguaraz ni al pelma, y hay pocos amigos dispuestos a escuchar. La mayoría, cuando te pones lánguido, desconectan el sonotone. Por eso, tal vez tenga razón quien dijo: “Ríe, y todos reirán contigo. Llora, y llorarás solo”.
¿Y que me dice usted de la introspección? Que viene a ser como eyacular hacia dentro. Algunos de los operados de próstata lo entenderán. Sólo que la eyaculación en la introspección únicamente tiene lugar mentalmente. Al menos es una práctica económica y evita dar la vara a nadie.
Parodiando al filósofo, un hombre solitario es un loco o es un dios. Como para unos Dios no existe, y los creyentes estamos lejos de  alcanzar la deidad, debemos admitir, de estar de acuerdo con el pensador, la posibilidad de ser unos  “majaras” perdidos.

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