Opinión

Un día diferente

Hoy puede ser un gran día, que cantaba Serrat, porque dijo ayer la vicepresidenta del Gobierno en funciones -en funciones electorales- que hoy, tras el traslado de los restos de Franco, sería un día diferente.
Llamaré a un amigo, que está a punto de cumplir los sesenta años, ingeniero, tres idiomas, gran currículo, en paro desde hace más de dos años, y seguro que me da una buena noticia. Me pondré en contacto con otro buen amigo, cuya hija terminó periodismo en 2017, y todavía, salvo las prácticas de becaria, incluso con mi pobre ayuda, no ha encontrado ni siquiera un contrato temporal en algún medio informativo. Me pondré en contacto con mi cuñada, que vive en Zaragoza, y que está detrás de que le hagan una mamografía, desde hace bastante tiempo, porque en Aragón parece que no son muy partidarios de la medicina preventiva. Intentaré renovar mi carnet de identidad y el pasaporte, aunque ya me han dicho que no será posible hasta el año que viene, pero espero que hoy sea un día distinto, porque si doña Carmen Calvo lo ha dicho seguro que tiene más información de la que yo dispongo. Estoy convencido de que este viernes ningún paciente agredirá al médico que le atiende, ningún padre de alumno golpeará la profesor de su hijo, ningún divorciado despechado asesinará a su ex-mujer, y ninguna tonta contemporánea dirá que es mejor que cierren los comercios y ardan las calles, como en Cataluña, porque así le damos una lección al capitalismo. La contemporánea -tonta- se embolsará 20.000 euros porque le han dado el premio nacional de narrativa, y espero que encuentre comercios abiertos para poder gastarse la pasta.
Es cierto que Carmen Calvo no acertó cuando informó que en Barcelona se vivían jornadas normales, ni se cumplió que el traslado de los restos de Franco se llevaría a cabo de forma discreta, pero seguro que hoy para los españoles es un día diferente, porque Franco ha vuelto al Pardo, y eso va a cambiar nuestra monótona vida.

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