Opinión

San Roque bendito (2)

Decíamos que San Roque comenzó a venerarse en Galicia y en España a partir del siglo XV y sobre todo después de 1483.

Lo que se dice en Vigo, quizá la continuidad de su culto puede proceder de una manda que deja don Gaspar Méndez de Gondar y Sotomayor, de decir unas misas el día del Santo, de la que se encargó a la casa de San Roque – el pazo de hoy que fue a parar a manos de la Caja de Ahorros y hoy “nin se sabe”-, que se irguió poco antes de la mitad del siglo XVII.

De cualquier manera el culto serio, ordenado, debe comenzar a finales de ese mismo siglo y el Ayuntamiento vigués ayuda a la celebración de la festividad a los inicios del siglo XVIII. Poco a poco la romería va adquiriendo renombre porque las enfermedades, lógicas por la falta de higiene eran abundantes y entonces con unas medicinas escasas o mal preparadas en las boticas, las gentes tenían más fe en las curaciones milagrosas que en las de los médicos.

Cuenta don Nicolás Taboada Leal, el médico que fue primer Cronista de la Ciudad olívica, en su libro “Descripción Topográfico-Histórica de la Ciudad de Vigo”, su ría y alrededores”, en 1840, que “a la distancia de un corto paseo se halla situada la ermita de San Roque, en medio de una extensión dehesa bien poblada de robustos robles, en cuyo sitio se solemniza la festividad”. “La romería -sigue el Cronista-, dura tres días. Comienza el 15 y suelen acudir muchas gentes de cerca y de las provincias de Pontevedra y La Coruña, que también vienen por ver la villa y las funciones de teatro”.

Allí observan los encontronazos, los líos de la multitud y por la noche admiran los cohetes de artificio y lucerío. Y también hay funciones de iglesia, procesiones, etc.

Lego, después de “fervellar” en un mercadillo de frutas, sandías, melones, ¡ostras!, licores, dulces, rosquillas, vinos, quesos y hasta platerías, a comer por las “carballeiras” mientras suenan las gaitas, redoblantes y “treboadas”, (bombos). Dice el cronista con fe en la educación de entonces: “Es una fiesta muy animada donde nunca jamás se produjeron líos ni promesas falsas pues son unos romeros muy educados y gentiles y hay mucha familiaridad..

Y cuenta las carreras –casi auténticas. en la que los corredores llevaban la famosa Hogaza en la que los atletas dejan sus extraordinarias participaciones siempre muy parejas.

Y en la próxima entrega contaremos como se llega a un nivel muy alto en la fiesta y como las autoridades opinarán para ponerla en mayor nivel de calidad.(A ambos: los puramente religiosos y los que añaden tanbien su fiesta de diversión.

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