Siempre aunque, naturalmente, en estas fechas cercanas a la odisea de la reconquista de Vigo de manos francesas, un servidor y algunos otros amigos, -los de nuestra tertulia- solemos enojarnos por cuanto de repente y sin razón hay alguos seudo historiadores que comentan que don Pablo Morillo es un don nadie y que todos o los laureles que ganó fueron obra de la casualidad. Nos molesta esto quizá visto con ojos de hoy, como si Morillo, porque tuvo que volver despues de sus éxitos.bélicos a Galicia, lo hizo siendo el 'jefazo' y sirviendo al rey Fernando VII que era un mal gobernante, desde luego y un antiguo en poca consonancia con los tiempos nuevos que se estaban moviendo y que el rey frenaba las mejoras modernas.
Y nosotros avalamos que don Pablo Morillo fue un honradísimo mílite que sirvió a su patria España con amor y con dolor ?heridas, siempre heridas externas e internas-, que demuestra que era un jefe que daba ejemplo a sus huestes asistiendo en primera fila.
Militares de mayor autoridad resaltaron su capacidad, fuerza moral y gran seriedad modelo de lo que era una batalla ejecutada con sentido y amplio acontecer. (Y es curioso que todos los años diga o escriba yo que hay un necio asegurando que Morillo fue un suertudo y sobre todo un traidor.
( Más vale olvidarse de él. Pero por si me lee ?confirmado, convendría que estudiase más historia y se pusiese, si es capaz ,en los tiempos en que se desarrollaba esa desgraciada lucha que no terminó bien socialmente y aprenda distinciomes.
Lean: El general Castaños contesta en una carta a su querido amigo don Pablo, diciéndole que su aliento y maña para asumir, entusiasmar y unir a los cuerpos militares se fue agrandando. Y le dice más: 'Nada me dice de su herida que aunque sea leve según su opinión, deberá cuidársela y tiene usted una obligación de atender a la conservación de su persona pues que en ello se interesa la Nación...'
(Morillo, enseguida, recomendado por la as altas jerarquías llegó, enseguida, a mariscal de campo Y siguió ascendiendo.)
