La librofilia es el vicio -afán es más elegante-, que muchos ciudadanos y ciudadanas. Los libreros acaban siempre en biblófilos. Tienen la manía de coleccionar libros.
Normalmente son gente de estudios de gran peso -o de menos pero, eso sí, insistentes en conseguir tal o cual obra.
Nadie se da cuenta de que es librófilo aunque tenga una hermosa biblioteca, y poco a poco ha llegado a tener muchos libros que tratan de un solo tema o que aprecian todo lo que está impreso..
Son, sin duda alguna gentes muy cultas y hay que ayudarles. Aunque parezca que no se preocupen mucho de la calidad, cualquier obra que regaléis a quien tenga esta afición, va a servirles, tarde o temprano, porque todos ellos -los biblóofilos-, van acrcentando sus volúmenes poco a poco y llegan a tenerlos por colecciones y bien colocados en sus zonas por libros de mayor afecto y calidad porque esta afición va transformándose en una necesidad y el poseedor acaba teniendo joyas autenticas y su mansión muy bien ordenada.
Con el tiempo esa abundancia de libros pasa a ser oficial: suelen, cuando el cumulo es muy grande desprenderse, donar su tesoro a familiares con la misma hermosa manía o donarla a un centro oficial.
A mí, algún amoroso bibliófilo regalome un libro editado en rústica que a partir de ahora estará bien situado a mi lado pues es nada menos que una obra de mujcho aprecio:editada por Galaxia: ' Almanaque de 1950 a 1975'..
Es una apreciable colección de trabajos de los mejores escritores gallegos de los veinte lustros que componen el volumen.
De ellos voy a sacar a algunos queridos poetas que en sus tiempos tuvieron mucha gloria y ahora también, pero con menor asiduidad de parto.
Prometo que prontol les ofreceré algo de Castroviejo, de Cabanillas, de Risco,, Paz-Andrade, Dónega, Pimentel, Cunqueiro, Ceso Emilio, etc.
El aficionado recordará y gozará con los textos. Lo prometo.
