Opinión

EXÁMENES EN SEPTIEMBRE

La lista de tareas pendientes y medidas para resolver la crisis es interminable. Pero todo su desarrollo está al albur de lo que decida un presunto delincuente, de los papeles comprometedores que aún conserve y de su capacidad para hacer daño, o de la capacidad de respuesta de un partido que hasta ahora, por mucho que se empeñen sus portavoces ha sido incapaz de despejar las sombras de dudaS ?de carácter político, de las otras ya se encargarán los tribunales, si hay caso- sobre la financiación ilegal o el supuesto pago de sobresueldos revelada por el extesorero del PP.


De esta cuestión depende la fortaleza y la tranquilidad con la que el presidente aborde su agenda de trabajo, porque a pesar de la insuficiencia de sus explicaciones del pasado 1 de agosto sobre el 'caso Barcenas', puesta de relieve con mayor intensidad tras los olvidos y declaraciones de tres secretarios generales del PP ante el juez Ruz, la ofensiva parlamentaria del PSOE y el resto de la oposición que hoy va a tener su primer capítulo en la Diputación Permanente del Congreso está condenada al fracaso por mor de la mayoría absoluta que impedirá de todas la maneras posibles un pleno de reprobación de Rajoy como pretenden los socialistas, que tendrán que conformarse con las sesiones de control al Gobierno, salvo revelación en contrario procedente de Soto del Real, que hiciera inevitable una nueva comparecencia en el Congreso. Los rumores sobre cambios en el partido, siempre interesados por quien pone en marcha el rumor o por quien lanza el globo sonda, están en cuarentena dada la forma de proceder habitual de Rajoy, y en el caso del Gobierno parece que la crisis no llegará hasta que haya movimientos para preparar las elecciones europeas, si quiere destinar a Europa a alguno de los miembros de su gabinete.


El último día de agosto, con la previa información de la vicepresidenta del Gobierno al término de la reunión del Consejo de ministros, se conocerán desde Soutomaior cuáles son las prioridades del Ejecutivo que ya sabrá cómo ha ido el mes de agosto en cuanto a paro registrado y si se ha puesto fin a cuatro meses de descenso ininterrumpido o si por el contrario ?es un mes malo para el empleo- se ha incrementado el número de parados como ha ocurrido al menos en los últimos ocho años. Si no es así el Gobierno podrá seguir confiando en que la salida de la recesión está cada vez más cerca y transmitir una pequeña dosis de esperanza aunque los datos macroeconómicos tardarán en trasladarse a la economía familiar, que en los próximos meses puede sufrir nuevos recortes. Primero porque el Gobierno va a destinar menos fondos al desempleo en los próximos Presupuestos Generales del Estado porque cada vez hay más parados de larga duración que se quedan sin ningún tipo de prestación; y en segundo lugar porque el Gobierno quiere abordar la reforma de las pensiones presentes y futuras que supondrá un descenso de sus cuantías. Mas la previsible vuelta de tuerca a la reforma laboral.


El siguiente punto de inflexión del comienzo del nuevo curso político tendrá lugar el 11 de septiembre, en el que se celebrará el año 1 de la Diada que supuso el lanzamiento del desafío soberanista de Artur Mas, quien todavía espera respuesta de la carta enviada a La Moncloa en el mes de julio para pactar la celebración de un referéndum de autodeterminación, sin que se conozca otra estrategia por parte del Gobierno que esperar a ver si las disensiones internas de los nacionalistas minimizan el asunto. Una actitud muy arriesgada.


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