Opinión

Subnormalidad con retraso

Cuando el motor de un avión bimotor se para, si la tripulación no es experta, el otro motor sólo servirá para llevar la aeronave hasta el lugar del accidente. Este gobierno, en prácticas de vuelo rasante, instruido por imbéciles de guardia, nos estampará contra el abismo si Europa no se pone a los mandos de España cuanto antes.
Hay cuatro formas posibles de gastar el dinero:

1.- “Gastarlo en ti mismo”: Eliges lo que más te conviene, compruebas si puedes pagarlo, regateas, y te pillas un cabreo de muerte si luego lo ves más barato en otra parte.

2.- “Gastarlo en los demás”: Un regalo de bodas, una cena con amigos, un ramo de flores a una amante. No importa tanto lo que cueste, cuanto que cumpla su cometido. Ya empezamos a despilfarrar.

3.-“Gastar el dinero de los demás en ti mismo”: El dinero de tu jefe en un hotel de cinco estrellas; el de la empresa en un vuelo “business class”; el de tu proveedor en una cena con marisco, putas y champan. Ya tiramos la casa por la ventana.

4.- “Gastar el dinero de los demás en los demás”: Esto ya es la ruina de Palmira, el Isis y el Apocalipsis todo en uno: Es decir, el Gobierno de España: Subvenciones a fondo perdido, inversión en gasto público, connivencia con empresas afines a la causa, becas a la estupidez, compra de material caro y caducado, despilfarro en feminismo arrabalero, tutorías en igualdad poligonera…  Y los funcionarios, los más próximos en la cadena del derroche, contagiándose de profesionalidad para malbaratar los consumibles, descuidar el mobiliario y usar el teléfono de la oficina para llamar a las antípodas. Esto ya lo sabía bien Milton Friedman, premio Nobel en Economía.

No se puede aconsejar a nadie si no se es nadie. Y el Gobierno, éste gobierno, el de Aló Presidente, el de Simón Bolívar el Libertador y Fernando Simón el impávido, en vez de test, venga a atiborrarnos de consejos. Y desbarran y desbarran y vuelven a desbarrar, como los peces en el río: “La mascarilla es desaconsejable para quienes no estén infectados”. Y a los quince días: “Si no usas mascarilla te multamos”. Y de error en rectificación hasta el desastre total. La a culpa será de Generalísimo, para variar. Lo que no entiendo es cómo manteniendo tan cara electricidad el gobierno tiene tan pocas luces.

En fin, basta ya de elucubrar. Si pueden votar los discapacitados intelectuales, ¿por qué no van a poder gobernar? Adiós turismo, adiós pymes, adiós pequeños autónomos… “Adiós ríos, adiós fontes, adiós regatos pequenos, adiós vista dos meus ollos, non sei cando nos veremos”. No os arriendo las ganancias. La nueva subnormalidad también llegará con retraso; perdónese el pleonasmo. Perdóneme Rosalía, pero pronto volveremos a emigrar. 

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