Opinión

Echenique, el jinete del Apocalipsis

Polidiscapacitado, ambimanco, lengüilargo Echenique es como aquel arrapiezo que entra en la Catedral, durante la misa mayor, en plena homilía, sentado en un patinete. “¡Eso es mentira!, ¡No le hagáis caso!”, vocifera remando con los muñones de sus brazos por la nave principal y cagándole la predicación al señor obispo. Los fieles miran de reojo; no se atreven a decirle nada al ver su calamidad. El ministro que celebra la Eucaristía intenta disuadirle: “Hijo mío, no digas estas cosas en la casa de Dios porque te puede castigar” “¡Ya, pues como no me quite el patinete!”
Echenique, incapaz de aplaudir, según dice, canta a capela: “chúpame la minga, Dominga, que vengo de Francia; chúpame la minga, Dominga, que tiene sustancia” con la misma licencia que el mago que saca la polla en plena función y aún por encima le aplauden. ¡Presidente!, ¡Presidente!, coreaban entre chanzas al pléjico zagal cuando era el candidato de Podemos a la presidencia de Aragón. Tanta vulgaridad machista rechinaba, pero todos miraron hacia el Moncayo.

Echenique, el atrófico de la motoneta, es un Ayatolá que lapidaría a las mujeres de la oposición si pudiera mover los brazos. No tiene empacho en sugerir que la sangre de la diputada de Vox agredida en el País Vasco por unos exaltados no era más que un poco de kétchup; “un bulo como una catedral”, escribe en twitter, su arma más letal. “Freedom go to hell” (Libertad, vete al infierno); sobre todo cuando se trata de la de los demás. 

Echenique es el quinto jinete del Apocalipsis. Ahora carga contra Vicente Vallés: “no lo llamen Informativos”, recrimina al periodista el hecho de que no le acaricie el lomo a los de Podemos, como hace Antonio Ferreras en las entrevistas. La publicación del polémico tuit ha generado un gran revuelo, y la mayoría de los compañeros de profesión del presentador de Antena 3 han salido en su defensa, desde Ana Pastor a Josep Pedrerol, pasando por los de TVE, la televisión de Pablo Iglesias. Todos de acuerdo contra este jinete pálido, sobre caballo bayo, que anuncia la hecatombe. “Porque se levantará nación contra nación y reino contra reino (…). Y todo esto será el principio de los dolores” (Mateo 24: 7-14) Echenique es capaz de alzar periodista contra periodista, militante contra militante, político contra político, feminista contra feminista amparado en su discapacidad física y blandiendo su lengua viperina. Lo peor que le puede pasar es que le quiten la motoneta.

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